La COVID-19 impulsó la adopción del uso del vídeo desde el equipo de escritorio. Como respuesta, algunas empresas simplemente han ampliado su software de productividad existente para incorporar las nuevas funciones de vídeo.
Este enfoque ha creado un punto de error único para las comunicaciones esenciales. Si falla, podría suponer un gran problema. Anteriormente, los equipos de respuesta se ubicaban en el mismo lugar para mitigar la pérdida de los mecanismos de «mando y control», como las comunicaciones. Sin embargo, este enfoque ya no está disponible debido a que el personal está en casa.
Por ello, las empresas deben replantearse las comunicaciones empresariales para permitir la continuidad de los teletrabajadores incluso si su pila de software interconectado falla.
Si su centro de productividad incluye funciones de colaboración críticas, como correo electrónico y archivos compartidos, el que la solución de videocomunicaciones esté separada tiene sentido desde el punto de vista de la continuidad del negocio. Zoom se integra bien con las principales plataformas de colaboración, aunque se encuentra en un ecosistema independiente. Incluso si Zoom no es su producto de vídeo seleccionado, puede actuar como una opción de continuidad empresarial para el mando y control de crisis.
Si dispone de Zoom como opción compatible, su personal podrá operar con mayor facilidad en un entorno con varias opciones de vídeo, en el que clientes y socios pueden tener diferentes soluciones para la interacción por vídeo. Y con la tranquilidad de que, como director de sistemas de información, puede administrar el uso que hacen sus empleados de Zoom.