Céntrese en objetivos: la cantidad de tiempo que dedica a una tarea no es un indicador de rendimiento, calidad del trabajo y eficacia. Fije sus metas como resultados y objetivos, no como horas. Cambie la manera de organizar su trabajo para centrarse en cumplir las prioridades clave que haya establecido con su superior y con la empresa.
Para asegurarse de utilizar un modelo de prioridad descendente, articule las compensaciones, describa los resultados y hable con su superior para establecer prioridades. Imagínese a su superior como su principal cliente en lugar de como su jefe.
Reduzca el volumen de reuniones: la cultura basada en la celebración de reuniones es anterior a la era de la información, cuando celebrar reuniones presenciales era mejor que los informes en papel como forma más eficiente de colaboración. En la actualidad, la tecnología moderna permite hacer el trabajo incluso cuando los empleados no están presentes físicamente en la misma sala de conferencias.
Si bien es importante reunirse en un lugar para consultar a su superior cómo superar ciertos obstáculos o llevar a cabo una sesión de generación de ideas con compañeros, tenemos que dejar de lado las reuniones como el método predeterminado. Aquí es donde resulta fundamental establecer una estrategia consciente hacia el teletrabajo a diferencia del trabajo presencial.
En el caso de organizaciones que creen una plantilla híbrida, la dirección podría aprovechar los días en que los empleados están en la oficina y programar reuniones para el trabajo que sea preferible abordar en persona. Estas reuniones, céntrese en lo que desee conseguir y asegúrese siempre de que exista un orden del día.
Evite la sobrecarga de información: llevamos mucho tiempo quejándonos de la sobrecarga de correos electrónicos, y el teletrabajo nos ha dado la necesidad imperiosa de resolver este problema.
Nos cuesta establecer prioridades debido al volumen de correos electrónicos, chats y llamadas que recibimos, lo que a menudo puede hacer que dejemos cosas importantes sin acabar.
No se puede responder a todo lo que llega: decida el tiempo que desea dedicar al correo electrónico cada semana y adapte su capacidad de respuesta a ese tiempo. Utilice filtros y reglas de correo, así como otras bandejas de entrada para cribar el desorden. Revise el chat solo en horas de trabajo, y configure un horario de trabajo en su calendario para que las personas sepan cuándo ponerse en contacto con usted. Y recuerde siempre parar de vez en cuando: conéctese con quienes le motiven, salga a caminar y cuídese.