El hecho de ver el sol brillar afuera nos ayuda a decidir qué ropa ponernos. Al ver el tráfico en la carretera, decidimos tomar otra ruta. Todos los días tomamos decisiones basadas en elementos visuales, por lo que es lógico que también nos ayuden definir la forma en que trabajamos, aprendemos y presentamos información.
Cuando hacemos presentaciones, tenemos que tener en cuenta el sistema visual de nuestra audiencia. Si no hay nada interesante que mirar, es probable que la mente humana se retire en pocos minutos. Por eso muchas presentaciones no son eficaces: no hay nada que mirar.
Si logra atraer la mirada de las personas, la mente la seguirá. Si aprovecha elementos visuales, imágenes y herramientas de marcado en tiempo real, puede captar la atención de los asistentes, crear presentaciones atractivas y lograr un impacto directo en el aprendizaje. Esto puede ayudar a combatir la fatiga de Zoom y captar la atención de las personas hacia su presentación desde el principio.