La pandemia ha obligado a las empresas y a las personas a romper con normas tecnológicas, de procesos, de dirección e índole cultural para adaptarse rápidamente a nuevos retos. Las plantillas se han tenido que aclimatar a un ritmo y definición del trabajo singulares, lo que genera nuevas expectativas. En la actualidad, la oficina ha dejado de ser el espacio de trabajo dominante; las empresas dan prioridad a la creación de un espacio de trabajo definido por elementos tecnológicos a medida de las necesidades de los empleados y no al contrario. De hecho, las conclusiones del artículo revelan que:
- El 52 % de las empresas siguen tratando de hacer que se pueda trabajar desde cualquier dispositivo
- El 37 % de las empresas quiere permitir el trabajo desde cualquier ubicación una vez superada la pandemia
- Más del 70 % de los ejecutivos tienen planes de realización de nuevas inversiones en herramientas de colaboración virtual e infraestructuras de TI para garantizar la conectividad virtual y dar soporte al trabajo híbrido
Pese a que ha tenido que producirse una pandemia mundial para que muchas empresas se dieran cuenta de cómo las soluciones anticuadas obstaculizan su productividad y comprendieran plenamente la importancia de la transformación digital, la tecnología que ha hecho posible la continuidad no necesariamente se traducirá en longevidad si los directivos no tienen una estrategia. La tecnología adecuada debe impregnar todos los aspectos de la empresa para favorecer la transformación de las organizaciones. Las soluciones diseñadas teniendo en cuenta la flexibilidad, interoperabilidad y resultados específicos serán el eje de cualquier estrategia de transformación. El resultado principal es la experiencia de los empleados.
Este periodo de tiempo también ha servido para que más personas desarrollen la capacidad de tomar decisiones y nos ha demostrado que los procesos que antes se tenían en alta estima podían relajarse, lo que ha favorecido el rápido avance de las organizaciones. Muchos consejeros delegados han visto que se trata en realidad de un modelo operativo mucho mejor. Como directivos, nuestra situación «no era gestionar personal» sino más bien «gestionar el trabajo».
Las normas del trabajo diario de «9 a 5» ya han dejado de aplicarse porque las personas desarrollaron el trabajo adaptándolo a su propio horario. En muchos casos, las personas han cambiado de huso horario; por ejemplo, un compañero mío se ha trasladado de Florida a California y sigue trabajando con el horario de la Costa Este, pero disfruta del clima de California. En la actualidad, el principal motivo de preocupación de los consejeros delegados es que volvamos a trabajar como lo hacíamos antes de la pandemia.