
Antes de explicar la computación cuántica, es útil saber cómo funcionan los equipos clásicos. Piense en ellos como la tecnología detrás de nuestras computadoras portátiles y teléfonos inteligentes, construidos sobre bits (unidades de información que almacenan un cero o uno). En cambio, la computación cuántica se basa en cúbits (que almacenan mucho más que un solo valor 0 o 1) y utiliza los principios de la mecánica cuántica para realizar cálculos en estos cúbits.
Para proteger sus datos, la criptografía comprende una variedad de herramientas que permiten proteger los datos digitales y las comunicaciones por Internet que usamos a diario (piense en compras, banca, mensajes de texto). En particular, el cifrado se refiere a los métodos de codificación de la información para que solo el público al que va dirigida pueda leerla, y se puede definir como simétrico y asimétrico.
El cifrado simétrico requiere que las partes que se comunican acuerden con antelación una clave compartida, que se puede utilizar tanto para cifrar (ofuscar) como para descifrar (desofuscar o recuperar) las comunicaciones.
Por el contrario, el cifrado asimétrico se basa en pares de claves diferentes pero relacionadas: una se utiliza para cifrar y se puede distribuir públicamente, mientras que la otra se utiliza para descifrar y el destinatario la mantiene privada.
Para profundizar aún más, el cifrado de extremo a extremo puede aprovechar una combinación de criptografía simétrica y asimétrica que permite garantizar que solo las partes que se comunican tengan acceso al contenido de las comunicaciones. En este caso, los proveedores de comunicación como Zoom no tienen acceso a este contenido, a diferencia de lo que ocurre con el cifrado «en tránsito».