Los estudiantes vienen de todo el mundo para estudiar en la Universidad La Salle-Ramon Llull, en Barcelona (La Salle). La universidad tiene un largo historial de innovación, con la tecnología como base: las grabaciones de las clases y las lecciones sincrónicas a distancia han formado parte de la experiencia de aprendizaje durante años.
En septiembre de 2020, La Salle introdujo Smart Learning, un nuevo modelo de educación que incorpora Zoom en las aulas inteligentes para la enseñanza híbrida. Las aulas inteligentes habilitadas con Zoom Rooms están diseñadas para que los alumnos puedan aprender desde cualquier lugar —en persona o a distancia— y recibir la misma educación de alta calidad que si estuvieran en el campus.
Zoom como solución a largo plazo
Al igual que la mayor parte del mundo, La Salle se vio obligada a reaccionar rápidamente ante la pandemia de COVID-19, cambiando a clases en línea en cuestión de días en marzo de 2020.
«En ese momento, estábamos usando Zoom con el profesorado y habíamos empezado a usar Zoom en las clases», indicaba Josep Maria Ribes, director de ordenación académica de La Salle. «Cuando tuvimos que cambiar a la modalidad a distancia en abril y mayo, nos vimos obligados a hacerlo tan rápido que utilizamos otra tecnología».
A medida que pasaban los meses, la situación seguía siendo incierta. Muchos estudiantes que se habían ido a casa durante el confinamiento por la pandemia no pudieron viajar de vuelta al campus de La Salle en Barcelona.
Con la llegada de un nuevo curso académico, los responsables del centro educativo vieron la oportunidad no solo de adaptarse a la situación de pandemia a corto plazo, sino también de introducir Zoom como una solución a largo plazo que aportaría mayor flexibilidad y personalización a la educación.
Creación de «aulas inteligentes» gracias a Zoom Rooms
De cara al curso 2020-21, La Salle implementó Zoom Rooms en más de 60 aulas del campus de Barcelona y las transformó en aulas inteligentes diseñadas para la conectividad.
«Decidimos que Zoom era la mejor opción por la forma fácil e intuitiva de utilizar la tecnología en el aula», explicaba Ribes.
Las aulas cuentan con una pizarra digital interactiva, pantallas que muestran al orador activo y a los alumnos a distancia, un conjunto de micrófonos activos y cámaras con detección automática que siguen los movimientos de los docentes.
El profesorado puede iniciar una reunión con un toque y compartir contenidos en la pizarra interactiva con un solo clic. Los alumnos a distancia y presenciales pueden realizar anotaciones conjuntas en la pizarra, y el profesorado puede guardar y enviar el contenido para verlo más tarde. El hardware ayuda a crear un entorno de aprendizaje híbrido más inclusivo.